Juan Carlos Pons
Etimológicamente, la palabra astrología significa “estudio de los astros”. Sin embargo, debemos profundizar un poco más en el concepto. Podemos definir en realidad la astrología como un sistema de interpretación de símbolos cósmicos que nos permite, mediante el uso de las leyes universales, describir la dinámica existente entre el cosmos y la humanidad.
En
la astrología, los planetas y los signos son vistos como arquetipos, principios
universales que habitan como códigos esenciales del alma humana. El momento de
nacimiento de un ser refleja aquel impulso que lo hace salir de la unidad con
su madre e irse diferenciando y las energías en las que el universo vibra en
ese preciso instante de espacio y tiempo representan su potencial de
individualización, y decimos potencial porque el momento de nacimiento todavía no
ha sido desarrollado.
La
astrología es la ciencia que estudia el tiempo, pero no en forma cuantitativa,
sino cualitativa: estudia la cualidad de cada instante del tiempo. Es conocido
por el hombre que cada época parece tener no solamente la “medida cuantitativa”
del paso de ese tiempo, sino también un espíritu y una cualidad. Como ejemplo,
podemos observar la gran explosión de talento artístico y de creatividad
surgido en la década de los 60’s, que iba más allá de los individuos y que
tenía que ver con el “espíritu” la época. Y no solamente hablamos de la música,
sino del desarrollo de una cultura popular, de la poesía, del arte, la ciencia,
la política, etcétera.
La
astrología traza analogías, correspondencias entre distintos fenómenos que comparten
un sentido, un significado, un símbolo común. Cuando el hombre alza su mirada hacia
las estrellas y los planetas se le revelan como algo vivo, como algo que
palpita y que está en constante movimiento. En cierta manera, la astrología
tiene analogías con las matemáticas: las matemáticas no las inventa el hombre,
las descubre, las observa en los cielos, están en la naturaleza y en el
universo. Y entonces comienza a descubrir que hay una inteligencia que se
expresa en el universo y que las leyes y principios que gobiernan el universo
son los mismos que gobiernan el alma humana. El cosmos es un reflejo de la
naturaleza humana.
La
astrología es un instrumento muy preciso de autoconocimiento, porque a través
del mapa astral se puede entrar en contacto con la esencia de la persona, su
forma de actuar, su forma de comunicarse, la forma de expresar sus
sentimientos, la forma como se autoafirma, como ama, como asume
responsabilidades, que posición asume frente a los cambios, como entiende la
espiritualidad, que cosas traemos ya aprendido de vidas pasadas, cuál es
nuestro norte o proyecto de vida y en resumen, como fluyen sus energías en cada
área de la vida.
La
astrología moderna no es vista como leyes inalterables de destino, porque desde
la misma se ve al hombre en una interacción dinámica con el universo, como un
ser con conciencia y libre albedrío. Podemos ver nuestro mapa natal como un
conjunto de herramientas y potencialidades de las cuales disponemos para el
viaje de la vida, podemos verla como una definición de quienes somos. En este
orden de ideas, la astrología no pretende negar el libre albedrío del ser
humano.
Hoy
en día, la mayoría de los astrólogos serios entiende la astrología como una
herramienta más interpretativa que predictiva, a pesar que ésta puede ser
utilizada, si se hace correctamente, para hacer pronósticos. Lamentablemente,
dentro de este campo existe un sin número de charlatanes y sensacionalistas que
hacen que la persona que no ha profundizado en ella tienda a desacreditarla. El
lector debe tener claro, antes de verse tentado a rechazarla, si este fuera el
caso del lector, que todo aquello que la mente humana no conoce, tiende a
querer satanizarlo, para que nuestro yo no tenga que aceptar el hecho que no lo
sabe todo. Esto es una consecuencia de las teorías del psiquiatra contemporáneo
Carl Jung acerca de la sombra y al cual invitamos a leer con atención.
La
astrología está fundamentada en dos pilares: uno, el científico, donde se
utiliza principalmente la astronomía y las matemáticas, y el segundo pilar es
filosófico y psicológico. Una vez que se aprenden sus fundamentos, el
practicante notará como se “abre su intuición” y debe llegar momento que no le
sea necesario interpretar con los formulismos aprendidos en la teoría, sino que
comenzará a interpretar “oyendo a su intuición”. Intuición que se no es una
cualidad mágica de algunos seres humanos, sino es una cuestión de vivenciar,
experimentar y de permitirle a tu maestro interno que se exprese en armonía con
el todo.
La astrología trabaja en diferentes niveles de conciencia, pudiendo hacer desde las interpretaciones más mundanas y concretas hasta las más sublimes y espirituales. Algunos de estos niveles de interpretación son medibles y comprobables, pero otros se escapan a la comprensión de la mente, muy limitada por los escasos sentidos que dispone para la comprensión de temas de alto calibre espiritual.